Sevilla, 15 de diciembre de 2009
No empezó nada bien la entrada a Barbados, ya que en la aduana le preguntan a Huisa que donde se alojara durante su estancia en el país y al contestar que en cualquier hotel, lo meten en un lugar donde encierran a los indocumentados, los que llevan sustancias u objetos prohibidos, etc..
Huisa intenta explicarles el motivo de su viaje, les comunica que esta recorriendo varios países del entorno, que los cónsules están al tanto de todo pero así y todo obligan a Huisa a reservar un hotel desde el mismo aeropuerto y a comprar el billete de vuelta allí mismo. En definitiva una burocracia exagerada y no acorde al nivel de desarrollo del país.
Tras ese accidentado paso la estancia durante los próximos días se desarrollo sin incidentes e incluso con más facilidades que en el resto de países caribeños.
Huisa: “El Monte Hillaby tan sólo tiene
Este país es verdaderamente diferente al resto que he visitado en la zona caribeña, es el más turístico y con diferencia el que mejores infraestructuras tiene, asunto que inevitablemente va asociado a la conservación del medio natural, por lo que la vegetación autóctona no existe.
Dejo el coche y me adentro en lo único que queda de vegetación densa del país, puesto que los campos de golf, hoteles y demás lujos han arrasado con el medio.
Y sin más complicaciones hago cumbre en el punto más alto del país y además existe un vértice geodésico que así lo atestigua. De vez en cuando se agradece una cumbre sin demasiadas trabas puesto que en la mayor parte de los casos es muy difícil.
Barbados es otro pequeño país perteneciente al Caribe Oriental, siendo el país más oriental de todas las Antillas. El este es bañado por el Océano Atlántico, por consiguiente más ajetreado, frío y accidentado; y el oeste por el Mar Caribe lo que le proporciona tranquilas y calidas aguas turquesas y blancas playas de arena fina. Este paradisíaco país, desconocido para el turismo español, es un remanso de tranquilidad y belleza alejado de otros destinos turísticos más masificados.
Desde Barbados pongo rumbo a Dominica, otro país del arco caribeño oriental, pero este si verdaderamente salvaje y verde.