Nadie en su sano juicio puede no estar de acuerdo en la oportunidad de este reportaje. La bajada de visitantes de los últimos años, que ahora con la crisis se ha acentuado y salir en EPS con unas fotos de este tipo puede ser una razonable revulsivo. Todo sea por el negocio y el turismo.
Sin embargo las paredes verdes y la sequedad de las rocas que aparecen en las fotos denotan un cierto abandono en la conservación que no hablan muy bien de los responsables del singular monumento. El Patronato tal vez podría haber designado a un propio que les indicara al equipo de producción de EPS que lugares si y que lugares no son aptos para una fotografía. Choca esto con el celo que muestran ante otras peticiones, incluso más acordes con los interés y finalidades del Patronato.
El fotógrafo tampoco ha estado muy lúcido que digamos. Seguramente se plegó a los caprichos del estilismo. Quien paga manda. Pero una cueva como la de Nerja, y en general las cuevas, se merece una iluminación algo más cuidada.
Solo la espectacular belleza helénica y las infinitas piernas de la modelo Clara Alonso salva esta contundente catástrofe.
Todo sea dicho sin animo de molestar.
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Publicado en EPS de 26 de julio. Apartado moda páginas 67 a 75.-
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