En mayo de 2010, hace ahora dos años, se realizó una expedición científica en la Cova des Pas de Vallgornera de Llucmajor –el sistema kárstico de mayor longitud de Baleares– para excavar un yacimiento paleontológico situado en uno de los lugares más remotos e inaccesibles de la cavidad, conocido como la 'Galería del Tragus'. Durante la campaña paleontológica se obtuvo una buena representación fósil de la fauna que pobló Mallorca hacia comienzos del Pleistoceno, hace unos dos millones y medio de años.
Debido a las especiales características del lugar, el acceso al depósito de restos fósiles no fue fácil y el equipo de investigadores, dirigido por el Dr Pere Bover, del IMEDEA, contó con la colaboración de un nutrido grupo de espeleólogos de la Federació Balear d’Espeleologia. «Estuvimos tres días instalados en la cueva», recuerda Josep Antoni Alcover, investigador del Departamento de Biodiversidad y Conservación del IMEDEA (UIB-CSIC), «esta cavidad es un intrincado laberinto de galerías y sin la colaboración de los exploradores de la cueva no hubiésemos podido llegar a hacer nada, buena parte del mérito es de ellos».
Para la paleontología, las cuevas tienen un valor extraordinario, y la des Pas de Vallgornera representa una auténtica cámara del tesoro. Debido a su aislamiento, este refugio ha mantenido intacto su material, conservando archivos fósiles excepcionales. «Se descubrió a finales de los años 60 durante una excavación llevada a cabo para construir el pozo negro de un hotel», comenta Alcover, «en principio, se consideró la posibilidad de explotarla turísticamente, pero pronto se vio que, aunque preciosa, era de difícil acceso y prácticamente quedó abandonada. El pozo negro nunca funcionó como tal sino que constituye actualmente su única vía de entrada. Se trata es un espacio realmente extraordinario, totalmente cerrado, al que solo se puede acceder a través de esta abertura artificial».
«Durante este tiempo se habían realizado diferentes incursiones, continúa el investigador, y se conocían, relativamente bien, unos seis kilómetros de recorrido, pero hace unos siete años un grupo de espeleólogos halló un agujero que permitía el acceso a una nueva parte de la cueva, que fue donde se encontró este yacimiento. Nos comunicaron el hallazgo y solicitamos los permisos correspondientes, tanto del Patrimonio del Consell Insular de Mallorca como en la Conselleria de Medi Ambient, para poder sacar y estudiar el material».
Pero el depósito está situado en una de las galerías más remotas de la Vallgornera y para poder llegar hasta él tuvieron que descender primero a la cueva, después nadar una hora y, finalmente, caminar unas tres horas.«El yacimiento está en una ancha galería cuyo piso está ligeramente inclinado y que en el pasado estuvo transitada por un río subterráneo que arrastró restos de animales», explica Alcover, «exhumamos los fósiles de una especie arcaica de Myotragus y también de la fauna acompañante, entre la que se encontraban dos pequeños mamíferos, un reptil, un anfibio y aproximadamente una docena de aves».
Dos años después del hallazgo, los investigadores Carmen Guerra, Pere Bover y Josep Antoni Alcover acaban de publicar en la revista Journal of Ornithology la descripción de una nueva especie de mochuelo fósil, desconocida hasta ahora, a la que han bautizado con el nombre de Athene vallgornerensis, cuyos restos proceden de la excavación realizada en esta cueva.
Se trata de una rapaz nocturna perteneciente a la familia Strigidae que habitó Mallorca hace más de dos millones de años.
«Solo encontramos dos huesos de este ave», informa Alcover, «pero tuvimos la suerte de que uno de ellos estuviera completo y en muy buen estado y, también, de que se tratara de un tarsometatarso –hueso de la pata–, que es un muy característico y por lo tanto idóneo para emplearse en los análisis taxonómicos por su elevado poder diagnóstico. El otro es una falange terminal del pie, más complicado de identificar porque, generalmente, las de la mayoría de aves de presa presentan muy pocas características diferenciales».
El revelador hueso ha permitido a los investigadores diferenciar el mochuelo de la Cova des Pas de Vallgornera del resto de las especies del género Athene existentes en la actualidad y también de las especies fósiles. «En las colecciones de comparación del IMEDEA tenemos representación de casi todas las aves de presa nocturnas del paleártico, por lo que el trabajo nos resultó relativamente fácil, comenta Guerra».
La hipótesis es que se trata de una especie que podría ser el ancestro continental de los mochuelos actuales que en épocas pasadas colonizó diferentes islas mediterráneas, evolucionando de dos formas distintas. En unas, evolucionó adaptándose a un estilo de vida más terrestre, originando especies de patas largas que se dedicaban a cazar pequeños mamíferos. En otras sucedió todo lo contrario, sus patas se acortaron y se volvieron más robustas, reflejando probablemente adaptaciones a un estilo de vida menos terrestre. Las Athene de patas largas se encuentran en Creta y Sicilia y las descendientes de la Athene continental de patas robustas y más cortas en Córcega y Mallorca. Aunque no está comprobado, los investigadores creen que la especie de Córcega y la de Mallorca pueden proceder del mismo ancestro y su principal diferencia reside en el tamaño corporal –la de Córcega es mucho más grande–.
Athene vallgorneresis es la segunda especie de ave estrigiforme –rapaz nocturna– fósil descrita en Mallorca. La primera fue Tyto balearica, una lechuza fósil descubierta en 1980. Mientras no aparezcan evidencias que demuestren lo contrario, debe ser considerada como la primera especie de ave de presa nocturna endémica de Mallorca. Los dos huesos obtenidos en la Cova des Pas de Vallgornera aportan información sobre la fauna de hace más de dos millones de años y son un paso más en el conocimiento de la evolución de las aves en condiciones de insularidad.
Pertenecientes al Departamento de Biodiversidad y Conservación, IMEDEA, este grupo es el único del Instituto que se dedica a la paleontología y la arqueología. Sus líneas de investigación se centran en el estudio de la fauna de vertebrados fósiles de Baleares y de otras islas como la Macaronesia (Canarias, Azores o Madeira) antes y después de la llegada del hombre. Entre sus aportaciones destacan los estudios sobre el Myotragus, el hallazgo de la serpiente fósil del género Vipera –la de mayor tamaño conocido hasta la fecha en Europa–, procedente del yacimiento del Caló den Rafelino (Manacor) o el estudio de la cueva del Pouàs (Ibiza), uno de los depósitos paleoornitológicos más ricos que se conocen en todo el área mediterránea, así como el establecimiento de la cronología de la llegada de los humanos en Baleares y el estudio de la cronología de la extinción de especies autóctonas en diferentes islas.
Fuente: elmundo.es
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