13 agosto 2016

El Museo de Nerja acoge una exposición de fotografías de Paco Hoyos

La Andalucía Subterránea en las fotografías de  Paco Hoyos.

En las cuevas y simas el tiempo transcurre en la más absoluta oscuridad. Son los espeleólogos los que, de vez en cuando, y de forma efímera en el tiempo, iluminan con sus lámparas un entorno al que pocas personas tienen acceso. Casi a la manera de los pintores los espeleólogos “pintan con luz” estas oscuridades para arrancarlas y mostrarlas al mundo.

En el año 1981 se presento al público la primera cámara digital de uso general: la Mavica. No necesitaba revelado y la imagen, recogida en un disquete de 3 ½ pulgadas,   se podía visionar inmediatamente, a través de un  monitor. Para el foto-reportero alemán  que realizó  las primeras fotos con esta cámara  aquel invento supuso, según sus propias palabras,  un paso tan grande como el de la llegada del hombre a la Luna.  Lo cierto es que muchos años después de que en el verano del 69 se fijaran los principios para la fotografía y el video digital sus autores, Willard Boyle y George Smith, recibieron, en 2009,  el premio Nobel de la física  por su aportación definitiva para la imagen de la era digital. Reconocimiento tardío pero merecido a la luz de la revolución producida por su descubrimiento.


Todo reportero gráfico ha sufrido de la incertidumbre hasta no ver las fotos reveladas y en más de una ocasión estas han defraudado por su inadecuada iluminación o un sinfín de causas. Los espeleólogo que además contaban con el hándicap de estar en la oscuridad absoluta y lugares inhóspitos esta frustración suponía una doble preocupación dado lo difícil de acceder de nuevo al lugar y la necesidad de iluminar de manera compleja siempre. Así que el invento de Boyle y Smith fue abrazado con pasión desde sus primeros días en que existieron ingenios disponibles para hacer fotos sin carrete y poder ser vistas al instante.
Las posibilidades de tener in situ el resultado de iluminar una gran sala o ver el efecto que causa un contraluz, fue siempre la pesadilla de los fotógrafos que debían esperar varios días el revelado de los negativos y a veces semanas cuando se trataba de diapositivas.


Hace más de 20 años, con una generación de cámaras de alta calidad,  una amplia generación de espeleólogos encontró en la fotografía el  leit motiv de su práctica y la coartada perfecta para revisitar algunas cavidades con el más noble propósito  de realizar fotografías de calidad. El sacrificio que significa dedicar recursos y tiempo a esta actividad es un elemento a tener en cuenta a la hora de enjuiciar esta actividad.
Los álbumes de fotos en color que hasta hace pocos años eran impensables, con grandes colecciones de imágenes magníficamente iluminadas son hoy día una realidad bien difundida.
Pero la verdad es que más compleja a lo hora de enjuiciar el trabajo de estos fotógrafos del mundo subterráneo. Cuando esto se hace desde el punto de vista artístico es conveniente realizar un análisis del modo en que lo haríamos en otras especialidades: técnica, estética y artística.



Las fotos de Paco Hoyos están construidas siguiendo un patrón armonioso que las hace atractiva a la vista. Ya no son solo un conjunto de piedras con una estética más o menos agradables. Paco además antepone en muchas ocasiones aspectos morfológicos que den valor añadido a sus imágenes de cara poder interpretar la geología subterránea lo que les añade un valor de cara a publicaciones técnicas y no meramente estéticas.
La técnica más usual consiste en situar a tres o cuatro personas  con sus respectivos flashes en los lugares desde los que iluminar el espacio del encuadre elegido por el fotógrafo. Estos ayudantes dispararan, a la orden del fotógrafo, los flashes dos, tres,.. diez veces para iluminar su área correspondiente de  manera suficiente. Claro que no siempre sale la foto a la primera y una vez revisada la cámara y evaluada la escena se vuelve a repetir con instrucciones más precisas para cada zona. La operación se  suele repetir varias veces con intensidades diferentes y situando las fuentes de luz en lugares diferentes para conseguir distintos efectos. Aquí la paciencia es una cualidad imprescindible para todo el equipo, y no siempre bien entendido.  Media hora, una hora o tal vez más tiempo es el tributo a este perfeccionamiento técnico y a este afán de superación que impregnan al espíritu del espeleo-fotógrafo. En las macrofotografías de espeleotemas  y cristalizaciones se atisba una técnica poco usual y que prende de su dedicación simultanea a la fotografía de naturaleza e insectos.




Ahora bien una de las grandes cualidades de los espeleo-fotógrafos es la cualidad de formar equipos de trabajo donde no faltan dos o tres ayudantes y modelos para poder llevar a cabo el trabajo.


La colección que expone en esta ocasión está compuesta por 120 imágenes elegidas entre las más de 4.000 que forman el fondo de este artista que empezó su trabajo de fotografía en cuevas andaluzas allá por 1994. Son imágenes sin retoque, sin trampa ni cartón, Aquí no hay filtros ni  Photo Shop  más allá de los necesario para “revelar” las imágenes para su exhibición e impresión.






Hoyos, espeleólogo federado desde el año 1983 y vicepresidente de la FAE entre los años 1996 y 2000, es un gran conocedor del patrimonio subterráneo de la comunidad andaluza, aportando diferentes publicaciones y contenidos bibliográficos como el segundo tomo de la ‘Enciclopedia de Andalucía’, ‘Karst de Andalucía’, ‘La sima de Cabra’ o ‘El sistema Hundidero-Gato’, entre otras publicaciones.
La muestra permanecerá abierta hasta el día 2 de octubre y puede ser visitada en Museo de Nerja, Plaza de España, nº 4.  29780, Nerja (Málaga) en horario de 10 a 14 y 16 a 20 horas.  Entrada 4 €, niños gratis y los domingos a partir de las  16 horas entrada gratuita a ciudadanos europeos.
Se han editado 300 ejemplares de un catálogo de 20 páginas a todo color con fotos de la exposición.




NOTAS:
El CCD fue inventado por Willard Boyle y George Smith en Bell Laboratories en  el verano de 1969. Al año siguiente ya tenían la primera cámara de video.
En 1975 Steven J. Sasson construyo  la primera cámara digital de la historia, fabricada por Kodak y en 1990 ya estaban en el mercado cámaras que podríamos  llamar profesionales por su capacidad para usos comerciales.
http://www.camaracoleccion.es/Historia_camaras.html












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Federación Andaluza de Espeleología
www.espeleo.com
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