Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 4 nov (Xinhua)
Científicos
cubanos buscan hoy declarar como un área protegida la zona de la cueva
Martín Infierno, en el centro-sur de la isla, donde está ubicada una
estalagmita de 68 metros de altura, considerada como la mayor del mundo.
Un
expediente, en cuya confección demoraron dos años, fue entregado al
gobierno cubano con tales fines, indicó Iván Figueroa -citado este
domingo por la prensa local-, quien es especialista del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en la provincia de Cienfuegos, en
el centro sur de la isla.
El documento señala los beneficios de
declarar a la zona como área protegida, condición que favorecería el
desarrollo del ecoturismo en la gruta y sus adyacencias desde la costa
del Mar Caribe, distante a unos 10 kilómetros.
De lograrse ese
modelo de explotación sustentable implicaría la creación de fuentes de
empleo para habitantes de El Naranjo y El Colorado, dos comunidades
rurales enclavadas en el entorno de la caverna.
Los residentes en
la posible área protegida tienen como principal reto conservacionista
evitar la tala indiscriminada del bosque y el matorral, y los incendios
forestales, en la actualidad un flagelo para muchos ecosistemas.
Declarada
Monumento Nacional en 1990, la caverna Martín Infierno está enclavada
en territorio perteneciente a Cienfuegos en el grupo montañoso de
Guamuahaya, que comparte con las vecinas provincias de Villa Clara y
Sancti Spíritus.
Desde que fue explorada por primera vez en 1967,
se conoce de la existencia de la cueva, cuyo nombre proviene de una
leyenda de transmisión oral, que cuenta que un esclavo nombrado Martín
escapó de una hacienda ubicada en la cercana localidad de Trinidad.
Según
la leyenda, una partida con perros persiguió al esclavo, quien en medio
de la noche murió al caer por uno de los accesos a la caverna, que
primero se conoció como el Infierno de Martín.
Otra leyenda que
pudo influir en la recreación del toponímico, es aquella en que los
lugareños alegan que por unos de sus pozos se podía llegar hasta el
lugar donde vivía el mismísimo Diablo.
La cueva, que se ubica a
unos 650 metros sobre el nivel del mar, tiene 793 metros de largo y
desde su entrada al fondo posee un desnivel o diferencia de 197 metros.
Fue rápido blanco del interés de los científicos, pero su difícil acceso impidió una exploración certera.
El
conocimiento de la existencia de una estalagmita de proporciones
considerables condicionó que una nueva expedición en el año 2005,
compuesta por investigadores cubanos y canadienses, se lanzara a
investigar y a buscar información sobre las dimensiones de la colosal
formación natural.
Los investigadores comprobaron que la
estalagmita era la mayor del planeta, con 68 metros de altura, y también
corroboraron la existencia de otras dos estalagmitas más pequeñas, las
que miden 45 y 35 metros respectivamente, según la Sociedad
Espeleológica de Cuba.
El salón donde se levantan estas
estalagmitas tiene 200 metros de largo y 150 metros de ancho, así como
86 de altura, y las formaciones secundarias de su interior son
consideradas de extraordinaria belleza por sus caprichosas estructuras,
sólo comparables con algunas ubicadas en la provincia de Pinar del Río,
en el extremo occidental de Cuba.
Las investigaciones hechas al
entorno de la caverna, con un altísimo grado de conservación, y la
relación con la estalagmita gigante, han sido avaladas para su
protección por la Sociedad Espeleológica de Cuba y la Unión
Internacional de Espeleología.
Martín Infierno es hoy un sitio
referencia para investigaciones científicas, sobre todo para conocer y
comprender muchos de los aspectos de la evolución geológica regional y
de Cuba, por las posibilidades de estudio que ofrecen sus recintos y
formaciones cálcicas prácticamente vírgenes.
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