El nivel de vida de este país es inasumible para mi, a pesar de que me alojo en el hotel más cutre de la capital estoy pagando 90 dólares. Al día siguiente me pongo rápidamente averiguar la forma que tengo de llegar a la isla de Cat, que es donde se encuentra el pico más alto. No es fácil, la opción por mar es nula y lo único que puedo hacer es coger un vuelo que me lleve hasta allí. Las maniobras que me encuentro en el aeropuerto me mosquean un poco, y al entrar en el avión me doy cuenta porque era, voy yo solo con el piloto en una avioneta de 18 plazas.
Desde el aire veo la isla; muy alargada y estrecha, con mucha vegetación y prácticamente deshabitada. A mi llegada una señora se me ofrece a llevarme en su coche (es taxista y además la única opción que tengo). Tras 20 km llegamos al pie del cerro donde empieza un sendero que conduce hasta la cumbre. La vegetación me rodea y las vistas que voy contemplando a lo largo de mi subida son fascinantes, en la cumbre se divisa una pequeña ermita que le da al entorno un aspecto misterioso y bucólico. La pequeña ermita es bellísima y durante unos minutos disfruto de unas vistas y una paz como pocas veces he experimentado.
Tras las fotos de rigor bajo hasta el coche y le digo a la señora que me lleve algún lugar para dormir, y termino en un precioso hotelito al borde de una playa virgen de arenas blancas y de aguas turquesas, aunque los mosquitos se cebaron conmigo una vez más.
Vuelta a Nassau y lo más rápido que puedo arreglo la salida para Jamaica.
Páginas F.A.E.
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07 julio 2009
Juan Antonio Huisa en Bahamas
Tras una salida de Cuba algo compleja, Huisa llegaba a Nassau, capital de Bahamas. El cambio y el contraste fue total, de estar en un país con muchas necesidades, pocas infraestructuras, y dificultades para todo, pasó a un país donde los máximos lujos están a la orden del día. Multitud de limusinas se apilaban en el exterior del aeropuerto y los precios para todo son desbordantes.Taxis, hotel y comida a precios de oro, yates, cruceros y grandes resorts por doquier, ese es el panorama que Huisa se encuentra a la llegada a Bahamas.