29 mayo 2012

Hienas y osos en las Sierras Subbéticas



El grupo G40 ha hallado restos óseos de animales con 35.000 años de antigüedad.




GRUPO ESPELEOLOGICO G40 28/05/2012 
 
Hace treinta mil años, grandes carnívoros como hienas manchadas y osos pardos de grandes dimensiones compartían espacio con linces ibéricos, cabras montesas y ciervos en las Sierras Subbéticas.
En 2007, varios integrantes del grupo espeleológico G40 de Priego, a lo largo de un operativo desarrollado para encontrar un nuevo acceso a la Sima de Cholones, realizó un hallazgo sorprendente, ya que tras desostruir la boca de una sima cegada milenios atrás, se producía el hallazgo de un yacimiento paleontológico (Sima Abraham) conformado por una acumulación de huesos principalmente de cabras monteses, ciervos y osos, así como algunos otros restos de equinos, hienas y linces.
En 2008 se realizó una actuación preventiva autorizada por la Consejería de Cultura y dirigida por Rafael María Martínez, investigador del Area de Prehistoria de la UCO. En ella la colaboración entre las técnicas arqueológicas aplicadas a la paleontología y la espeleología se hizo una vez más indispensable para el desarrollo de los trabajos, realizando varios espeleólogos del G40 y arqueólogos parte de la intervención suspendidos en una pared vertical de algo más de diez metros de altura.
Con posterioridad, un equipo conformado por las universidades de Córdoba, Huelva, Sevilla y Zaragoza, el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, junto al grupo espeleológico G40 de Priego, presentó a finales de octubre del pasado año en Salou (Tarragona) en el marco del congreso internacional Interacciones entre Homínidos y Carnívoros , un estudio relativo a los restos óseos encontrados durante los trabajos, los cuales han sido fechados en torno a 35.000 años, edad que se ha confirmado con posterioridad a partir de análisis de radiocarbono y uranio-torio.
Dicha cronología, que en diversas dataciones se extiende entre los 39 y los 29 mil años antes del presente, coincide en el tiempo con la llegada de los primeros humanos modernos a la Península Ibérica, poblada hasta entonces por el hombre de Neandertal y con quien coexistieron al menos diez mil años.
De hecho, uno de los huesos localizados perteneciente al antebrazo de un gran oso, presenta una serie de marcas características de un instrumento de piedra de filo cortante, lo cual probaría el aprovechamiento de cartílagos y tendones para la fabricación de útiles.


 Fuente: diariocordoba.com

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Federación Andaluza de Espeleología
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