09 agosto 2010

El arte de las cuevas


Más de doscientos yacimientos en la provincia ofrecen una imagen nítida de cómo se vivía hace miles de años.




Jaén, como tierra fronteriza, es la suma de diversas culturas que han vivido en la provincia a lo largo de miles de años. A algunas civilizaciones las conocemos hoy en día gracias a escritos, mientras que a los hombres que habitaron Jaén durante la Prehistoria nos podemos acercar a través de los dibujos que dejaron impresos en las cuevas. Las pinturas rupestres que hoy se conservan pueden considerarse como verdaderos museos naturales, en los que las pinturas han sobrevivido para convertirse en unos documentos gráficos. Este tesoro forma parte del Itinerario Cultural de Consejo de Europa y del hace solo unos meses la Asociación Arte Rupestre del Arco Mediterráneo-Patrimonio Mundial trabaja para sacarle partido a estas manifestaciones.
En Jaén, podemos conocer cómo era el hombre prehistórico desde el Paleolítico y hasta la Edad del Bronce gracias a tres tipos de artes diferenciados: el paleolítico, el levantino y el esquemático. En Jaén se han localizado más de doscientos yacimientos gracias en gran parte a los doctores en Prehistoria por la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Soria Lerma y Manuel Gabriel López Payer.

El Paleolítico en Jaén se desarrolló aproximadamente alrededor del año 9.000 a. C. De esta etapa se corresponden las pinturas más antiguas, que pertenecen a un estilo que lleva el mismo nombre, paleolítico. No son muy numerosas en la provincia, aunque pueden encontrarse vestigios en la Cueva del Morrón, en Torres. Aparecen representados una cabra y un jabalí. Para López Payer, son de un valor patrimonial incalculable.
De hecho, el arte paleolítico se caracteriza por la representación de figuras animales muy realistas. Aparecían animales propios de la época de las glaciaciones, como el mamut. La abundancia de representaciones animales puede deberse a que estos constituían la base de su alimentación mediante la caza. Raramente se ven figuras humanas dibujadas.

El arte levantino, por su parte, es todo lo contrario. Este estilo se dio en la provincia durante el Neolítico medio y final, rondando el IV milenio a. C. Abundan las figuras humanas, siempre con un gran dinamismo. Hay dibujos corriendo, saltando, recogiendo miel de un panal o luchando. También se ven animales, pero ya son más pequeños y los que aparecen son los que existen actualmente, como los ciervos y las cabras montesas. Son muy realistas y también aparecen con un gran movimiento. «El levantino es muy vital y alegre, pueden verse escenas de caza y lucha», indica Manuel G. López Payer.

La importancia de estas pinturas reside en que fueron declaradas en 1998 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al otorgarle esta denominación a todo el arte rupestre levantino del arco mediterráneo. Las más importantes representaciones están en Aldeaquemada, donde se contabilizan numerosos grupos, siendo los más interesantes la Tabla del Pochico y en el Prado del Azogue. La Sierra de Segura también guarda un importantísimo legado en la Cueva del Engarbo, de estilo levantino.
El estilo esquemático, por su parte, estuvo vigente a lo largo del tercer y segundo milenio a. C., lo que sería la Edad del Bronce-Cobre en la provincia. De este tipo son la mayoría de las pinturas halladas. Se caracteriza por ser un arte simbólico, a base de trazos y esquemas. Jaén posee uno de los yacimientos de pinturas esquemáticas más importantes en Sierra Morena, en la Cueva de los Órganos. A este estilo pertenecen también las pinturas de la Cueva de la Graja, en Jimena, donde aparece una pareja de humanos, además de símbolos de ídolos. En la Cueva del Clarillo (Quesada) está la única representación en España de la mano de un niño impresa en la pared, habiéndose impregnado la mano de pintura.

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