28 noviembre 2008

Juan Antonio Huisa en Belice

EL ALPINISTA Y AVENTURERO HUISA CONSIGUE HOLLAR LA CIMA DEL PICO VICTORIA, TECHO DE BELICE, CONSIGUIENDO ASÍ 6 DE LAS 7 CIMAS CENTROAMERICANAS. HA SIDO HASTA EL MOMENTO LA MÁS DURA Y TRAS SALIR DE LA MONTAÑA HUISA SE DIRIGIO A UN HOSPITAL PARA SER TRATADO DE LA MULTITUD DE PICADURAS QUE HABÍA SUFRIDO.

Una vez entrado en Belice Huisa tuvo la ocasión antes de dirigirse a la montaña de nadar y bucear en el Mar Caribe con tiburones. Huisa además de ser montañero y espeleólogo es buceador y no podía dejar pasar la oportunidad de bucear entre tiburones de arrecife, incluso pudo coger una raya y un tiburón con sus propias manos.

Al día siguiente partió para la pequeña aldea maya, Maya center, para ingresar en el parque, y tras hablar con los responsables del Parque Nacional, estos le dicen que hasta febrero la zona se encuentra cerrada. Las lluvias y huracanes han dejado el acceso muy mal y no es posible el paso por muchas zonas. La situación es parecida a lo vivido en Costa Rica en el Cerro Chirripó, así que nuevamente Huisa tiene que convencer y explicar a las autoridades la importancia del proyecto y finalmente acceden a permitirle el paso.

Crónica del viaje:

“El único requisito que me ponen es que tengo que encontrar un guía, y rápidamente me dirijo a la aldea donde están los mejores. Pero me encuentro otra sorpresa; como no es temporada algunos trabajan en estos momentos en otra cosa, y otros saben en las condiciones que se encuentra la zona y no están dispuestos a jugársela. Finalmente consigo dar con Iliborio, un guía con mucha experiencia y que me advierte lo duro del terreno, pues el paso lleva cerrado 6 meses y por eso hasta que no limpien nadie quiere entrar.

Al día siguiente entramos en el parque y al comienzo del camino un cartel indica los kilómetros, un total de 55 km. ida y vuelta, sin duda tantos km por selva van a ponerme a prueba.

La primera parte del recorrido, o sea los 12 primeros km. se hacen sin mucha dificultad, más o menos bastantes llanos, a pesar del susto que tuve en unos de los pequeños puentes de madera que cruce, pues incluso antes de pasar llegue a decir esta madera esta podrida y segundos más tarde el puente se rompía y me tuve que tirar a un lado sufriendo algunos arañazos sin importancia.

Llegamos a un campamento donde paramos a comer y continuamos, a partir de allí aquello cambio considerablemente. La pendiente era muy pronunciada e Iliborio se abría paso a machetazo limpio. En muchas zonas los árboles caídos y la enorme vegetación hacían casi imposible el paso pero la experiencia de Iliborio y su machete hacían milagros. Así llegamos atardeciendo al campamento donde dormiríamos en el km. 19.

Debido a lo intenso que iban a ser las tres jornadas escatime todo el peso posible y decidí no llevar tienda y vivaquear con el saco. Pero cuando la noche cayó aquello era lo más parecido a la película de Jumanji. Insectos de todo tipo, aullidos de monos y pájaros y no hay que olvidar el peligro de los jaguares, que precisamente aquí existe una de las mayores poblaciones y además hemos visto multitud de huellas en el camino. Un alacrán de enormes dimensiones casi pica a Iliborio en la mano, así que finalmente decidí dormir sobre una mesa que había en el campamento.

A la mañana siguiente y tras pasar una noche un tanto incómoda nos pusimos en marcha, faltaban 8 km. hasta la cumbre. Tras una subida enorme venía una bajada enorme y así una y otra vez, los km. pasaban muy lentamente hasta llegar al tramo final que si era una ascensión en toda regla y que nos permitieron por primera vez en todo el viaje contemplar la selva a vista de pájaro, increíble lo que habíamos recorrido y la inmensidad de aquel territorio.

Faltaba el tramo más vertical, unos 30 metros instalados con una cuerda vieja a la que unimos la nuestra y trepando superamos el paso, 200 m. más y cumbre. Otro objetivo había caído y además pude disfrutar de la cumbre y de las fabulosas vistas media hora.

La bajada hasta el campo fue agotadora y además este clima tan calido te empapa hasta los huesos por lo mucho que sudas.

Otra noche más en el hotel de las mil estrellas y bajada de 19 km. más hasta la salida del parque. Llegue con los pies destrozados y además lleno de picaduras; me arrascaba más que un mono dentro en una jaula.

A la mañana siguiente me encontré en mi cuerpo alguna garrapata y chinchorro clavado degustando mi rica sangre. Me conté las picaduras y superaban las 50, así que tuve que pasarme por el hospital para que me dieran un antihistamínico porque el picor era insoportable y sobretodo porque las garrapatas son muy peligrosas, aunque algún enfermero se lo tomo a guasa.

El objetivo esta cumplido aunque 55 km. de selva son muy duros, sin duda está montaña que además es la más baja de toda Centroamérica ha sido la más compleja. Siempre repito lo mismo, la dificultad de una montaña no sólo radica en su altura, hay otros parámetros igualmente objetivos para medir la dificultad, y para prueba Victoria Peak de 1.120 m., como la llaman aquí.

Sin más dilación me dirijo en estos momentos a Guatemala donde me espera el Volcán Tajumulco, la montaña más alta de Centroamérica, aunque tengo muy pocos días y no se si me dará tiempo.

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